A partir de un emisor, un objeto aparentemente inerte que trae consigo una carga de misterio abrumadora para un receptor, un hombre que adquiere ese objeto y es bombardeado por acontecimientos in entendibles para él, pero que aún así ese emisor lo seduce, es que surge 1713, en ese mensaje entre receptor y emisor que es lo que conforma en sí mismo el corto.
¿Quién es el receptor? El hombre, una persona reprimida y harta de la sociedad que lo rodea, aislado en su casa, su bunker, el lugar en donde se cerca con las cosas que le satisfacen y le interesan, vive en su mundo, el que creo con restos del “real” (como Lovecraft), allí aún viven restos de una realidad que heredó y conoce pero de la que ya no quiere escuchar ni ver. Es una persona tranquila, intimidado por el resto, no habla por temor a que los demás lo critiquen porque pueda llegar a equivocarse, por eso trata en la medida de lo posible de no interactuar mucho con las personas, y a pesar de que en algún momento siente la necesidad de gritarle a la sociedad lo que piensa se auto reprime. Para él su sociedad contemporánea no es más que escoria humana porque atenta contra la expresión natural del pensamiento, censura. De todas formas en algún lugar de su ser tiene la esperanza de que existan personas que estén de acuerdo con él.
El Objeto: Si el relato fuera literal y el objeto fuera una persona, lo podríamos representar como aquél que incita al hombre a que salga de su mundo y exprese sus sentimientos para con el resto, como un amigo o un consejero convincente. En 1713 no buscamos la literalidad ni subestimar al espectador explicándole qué es cada cosa, por el contrario, apelamos a que éste reflexione e interprete la imagen según su visión, ya que ésta admite múltiples miradas, que inevitablemente generarán distintas opiniones sobre el audiovisual.
El objeto es un desencadenante de la acción y provoca modificaciones en el entorno del individuo, a modo de ejemplo, no pretendemos convertir al objeto en una “cajita musical”, sino que éste transforma la casa siendo el motor de una “Gran caja musical”; mediante este proceso el objeto envía un mensaje al hombre quien lo entiende por medio de su inconsciente y lo interpreta a su manera, como el espectador. Conviene aclarar que el mensaje no es literal, no respeta la visión estructuralista de significante/significado, al contrario, pretende romper con eso jugando con lo irracional como el código del emisor. Basándonos en nuestro punto de referencia “Un perro andaluz” nos parece pertinente tomar una cita de un análisis de la película para aclarar un poco más el fundamento de nuestra obra:
“La regla que subyace en la película era muy simple: las imágenes y las secuencias no debían obedecer a ninguna lógica; tan sólo estaba permitido lo irracional, lo sorprendente.”
Frank Weyers “Salvador Dalí. Leben und Werk”. KONEMAN, 2005
Volviendo al mensaje, en él esta permitido lo irracional porque usa un código propio que el hombre no entenderá hasta el final, dónde le dará una interpretación que no necesariamente será la correcta, quedará a juicio del espectador.
Así como en la película “Los Intocables” hay una escena en honor al “Acorazado Potenkim” (la escena de las escaleras), en 1713 procuramos hacer lo mismo con una de “Un perro andaluz” que pretende “evidenciar la principal convicción que anima al conjunto del pensamiento surrealista: la omnipotencia del deseo.” (Freddy Bauche, “Luís Buñuel”, Ed. Labor S.A. Madrid, 1976). Nos referimos aquí a la escena del hombre acariciando a la mujer.
“Sin embargo, para que una película sea verdaderamente surrealista, se precisan condiciones excepcionales de creación, como en Un perro andaluz y en La edad de oro (...), en las que se combinan la pasión y la provocación (“un hombre afila una afeitadora cerca del balcón (...) La hoja de la afeitadora atraviesa el ojo de la joven y lo secciona”), lo irracional y el documental, la cronología y el tiempo sin hilo (era una vez…ocho años después…hacia las tres de la mañana…hace dieciséis años…con la primavera).”
Georges Sebbag “El surrealismo” 1era edición, Buenos Aires, Nueva Visión, 2003
Partiendo de estas apreciaciones, muchas de las cuales ya coinciden con el guión, es que pretendemos pulir y revisar cosas en el mismo que pueden ayudar a fortalecer el trabajo y enriquecerlo.
POEMA OBJETO 1713
1713
A partir de un objeto encontrado en Tristán Narvaja decidimos realizar un cortometraje mezclando técnicas de animación, stop motion y video, después de haber recorrido la feria y viéndola desde un punto de vista artístico nos dimos cuenta que el conjunto de objetos que allí conviven encajan dentro de una de las vanguardias mas importantes del siglo XX, el surrealismo. Fue entonces que modificando una frase de Lautreamont “Bello como el encuentro fortuito de un paraguas y una máquina de coser sobre una mesa de disección” y adaptándola a dicha feria encontramos un punto de partida para la realización de este cortometraje, gracias a esto comenzamos la redacción de un guión con bases surrealistas que procura en ciertas escenas hacer guiños al movimiento y a la película mas representativa de dicha corriente “Un perro andaluz”.
La mezcla de técnicas y la variedad de escenas intentan jugar dentro de los ideales de esta vanguardia.
Debido a que no teníamos conocimiento de la historia del objeto nos propusimos inventar antecedentes de este en relación a nuestra experiencia con él, para ello creamos un personaje cuya vivencia se potencia a la realidad vivida en el momento que la cigarrera nos eligió. Nuestro propósito es que el espectador mantenga la duda hasta el final del cortometraje en donde se revela la utilidad del objeto, es decir que el público no sepa hasta el final qué es, como nos pasó a nosotros en el primer encuentro con la cigarrera.
De los personajes que aparecerán en la película solo dos pueden estar basados en la realidad (el hombre y el feriante), los demás son un complemento necesario dentro del juego que proponemos con este audiovisual.
El nombre “
Nos pareció acorde titular así el cortometraje ya que consideramos que es un homenaje al movimiento y al creador de su manifiesto, eso nos dio la libertad de crear escenas confusas y fusionarlas con pensamientos propios de nuestra sociedad actual los cuales conviven dentro de este audiovisual, que a nuestro parecer lo enriquece.
El Objeto de la Feria
Domingo.
Buscar un objeto en la feria de Tristán Narvaja y contar su pasado mediante una realización artística, en nuestro caso un cortometraje, fue el desencadenante para que iniciaramos una búsqueda sin saber que queriamos encontrar, por eso no pensamos en ningún objeto ni idea previa, decidimos ir a que él fuera quien nos eligiera a nosotros.
Desde una manzana hasta un casco de soldado, dede un mate hasta un pack de Dvd's, desde un tornillo oxidado hasta un proyector cinematogràfico, desde el 1900 hasta el 2000 (para no exagerar) la feria tiene una bibliotaca infinita de historias entre sus millones de objetos, muchas personas han pasado por ella sin haber estado allí y muchas seguiràn entre sus calles y sus objetos.
El primer viaje a la feria sin saber lo que buscabamos fue raro, siempre vamos procurando algún objeto para algo, o pensando una idea previa, pero esta vez fuimos a recorrer esperando que algo nos eligiera. Nos gustó un auto de lata, un auto antiguo de juguete, pero estaba como nuevo, era sin duda una venta para un coleccionista por su precio, de ahí en más los objetos gustaban pero no terminaban por convencernos.
Nos fuimos mientras la feria se desvanecia.
-Bello como el encuentro fortuito de un objeto de madera y cosas de metal sobre un paño de la feria-
Domingo.
El sol y el clima agradable anunciaban una multitud de gente entre corredores de puestos de Tristán Narvaja. Entre esa multitud nos sumergimos para el encuentro de ese objeto que hasta ahora era una incógnita.
Como los obreros de la película "Metrópolis", la gente iba y volvía por la calle.
Mientras bajabamos desde 18 de Julio por Tristán Narvaja veíamos a lo lejos como la feria se plantaba en toda la calle hasta el final con sus techos de lona verde y sus tablas sobre caballetes, pero hacia otras calles los techos iban desapareciendo y emergian las telas en el suelo, en las cuales convivían cosas tan extrañas como diferentes entre sí.
Recorrimos gran parte de la feria buscando objetos, vimos muchos, preguntamos, los observamos detenidamente y seguimos, aún no dabamjejeos con aquel que nos eligiera pero no nos dimos por vencidos; mientras, el reloj cambiaba sus números y la feria se transformaba, poco a poco menos cosas quedaban en ella y nosotros con el recuerdo de muchos puestos pero sin lo que procurabamos encontrar.
Ya cerca de irnos nuevamente con las manos vacías decidimos buscar por una parte que no habíamos recorrido aún, bajo el puente de Tristán Narvaja, allí fuimos pero no tuvimos suerte, fue entonces que pensamos en irnos y así comenzamos la caminata hacia 18, todavía no habían desaparecido todos los puestos y mientras nos retirabamos seguimos buscando.
De toda la cantidad de cosas que se vendían nada nos había convencido en un cien porciento, pero en un momento llegamos a un puestito en el suelo que ya estaba desarmando el vendedor y quedamos observando sobre un trapo entre los objetos de metal una llamativa y curiosa forma en madera, nos gustó muchísimo, pero no sabíamos qué era. Lo observamos unos segundos mientras el dueño del puesto seguía juntando sus cosas, tenía algo que nos gustaba pero desconocíamos qué; de alguna manera ese algo hizo que nos maravillaramos por él, entonces preguntamos su precio, estaba a nuestro alcance pero todavía nos faltaba información sobre aquel extraño objeto de madera.
El vendedor nos explicó que estaba roto y que quizás fuera un elástico que estaría dentro el que habría que cambiar, como si nosotros supieramos su función. Fue entonces que le preguntamos qué era, "una cigarrera" contestó, "uno le pone los cigarros aca y el pajarito los agarra".
Delante del pájaro de color verde había un cajoncito, el cual se llenaba con cigarros y al mover el ave se abría abajo dejando salir uno que era tomado por el pico de madera, pero por qué nos gustaba ese objeto era un misterio. Lo cierto fue que nos gustó y lo compramos porque había y hay algo en él que nos atrapó, algo misterioso, como un objeto místico que nos llamó en silencio para que lo tuvieramos.
De su historia no sabemos nada, su propietario desconocía su orígen.